Sí, me fui

Sí,
me fui,

ya no sentirás mi brazo al despertar esas mañanas de domingo tan escasas de minutos, ni mis piernas reconquistando lo que a oscuras cedieron.

Tampoco mis manos ciegas, descubriendo cada pliegue de tu piel cada noche, entorpecidas cuando te estremeces y cortas la respiración.

Una vez más es el dolor de la traición el que toma la decisión. La necesidad de no sufrir durante la eterna espera sin que te des cuenta de que existo fuera de tus fantasías.

Me fui, con las marcas que me dejaste con cada orgasmo, con la rabia contenida de creer que esta vez no caería en el mismo error.
No me busques más.


Ella: Raquel Turnes

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