Calma

Buscas el abrigo de una manta protectora que te cubra cuando golpea el viento helado.

Pisas a ciegas, palpas, buscas soporte sin tropezar.
Lentamente, arrastras un pie tras otro.
Te desplomas sobre tus rodillas.

Esperas el retorno a la calma.

Te alzas sobre ti mismo: tú eres ese calor.

Deja un comentario